Reseña: Florencia Bonelli

Estuve un poco ausente del blog, pero no de mis proyectos. Además de las ocupaciones cotidianas con el trabajo y las últimas materias de la facultad, continúo escribiendo, ahora una novela de suspenso romántica ambientada en Argentina y me estoy sumergiendo dentro del subgénero de romance paranormal. Dentro de la temática de ángeles y vampiros, aunque me cuesta un poco, creo que pronto estaré en condiciones de sacar a la luz algo realmente nuevo e innovador para mí.

En esta oportunidad les traigo una nueva reseña para compartir. Se trata de la segunda parte de la trilogía Caballo de  Fuego, de Florencia Bonelli. Publicada por Editorial Suma de Letras, Septiembre de 2011.

Caballo de Fuego. Congo

 Sinopsis:

Él es un señor de la guerra. Ella, una luchadora por la paz”.

 La cirujana pediátrica Matilde Martínez viaja desde París con destino al Congo guiada por una ilusión: aliviar el sufrimiento de los niños castigados por la violencia y el hambre que imperan en aquel país africano. Ha dejado atrás una historia de amor difícil, que no consigue olvidar.

Por su parte, el soldado profesional, Eliah Al Saud, llega al Congo movido por una ambición: hacerse de una mina de Coltán, el mineral más codiciado por los fabricantes de teléfonos móviles, que le redituará grandes beneficios económicos. Pero sobre todo llega al Congo para recuperar a Matilde, a quien considera la razón de su vida. Los traumas y secretos que los distanciaron en París siguen latentes y, rodeados por un contexto cruel e injusto, la reconciliación parece imposible.

En el marco de la segunda Guerra del Congo, más conocida como Guerra del Coltán, y amenazados por grupos guerrilleros de mucho poder, Matilde y Eliah intentarán por todos los medios que triunfe el amor sobre la guerra.

Mi opinión personal:

Esperada segunda parte de la trilogía de Caballo de Fuego, esta novela me dejó agradablemente sorprendida. Con una intensa historia de amor, enmarcada en uno de los lugares más peligrosos y conflictivos del mundo, Florencia Bonelli tejió con maestría y profesionalismo las dicotomías que conformaron esta novela y que llegan a mantener en vilo al lector hasta la última página.

Al contrario de lo que me pasó con la primera parte de la saga, Caballo de Fuego. París, donde Matilde y Eliah inician su romance, algunas peculiaridades en el lenguaje y características de los personajes, en esta ocasión, quedé sumergida en la novela y en la realidad del Congo, en los conflictos políticos, en la lucha por el poder y la codicia, y en la humanidad y generosidad de los voluntarios que hacen tanto por aliviar las penurias de los congoleños.

La novela está plagada de historias, nuevos personajes se suman a los ya conocidos en París, nuevas historias. Amélie, una mujer cuya vocación de servir a Dios y ayudar al prójimo la llevó a internarse en la selva africana, Jósephine Boel, una congoleña que delegó parte de su vida y su felicidad como mujer para ayudar a los que más quiere, ahora el destino le ofrece una revancha y descubre el amor de la mano del romántico Alamán Al Saud, de quien en Paris me había quedado con ganas de saber más. Me pareció espléndida y acertada la historia que la autora escribió para él.

Juana Folicuré, la mejor amiga de Matilde y su compinche de la vida, personaje ya entrañable y de quien me gustaría saber mucho más en el tercer libro de la saga, Gaza; La Diana, Leila, Jasmin, Sándor, todos entrañables y queridos personajes de la historia que ponen a su manera el granito de arena necesario para que el lector se enamore de las páginas de un libro increíble.

Me gustó la reconciliación entre Eliah y Matilde, después de la ruptura de París, el hombre que supo vender su destreza como soldado al mejor postor, ahora viaja hasta el corazón del África para recuperar a la mujer que ama y en el camino está dispuesto a sortear todos los obstáculos que se le presenten. Una reconciliación plagada de romance, afecto, lamentaciones y sensualidad.

La novela se detiene mucho en un tema que me pareció adecuado y que para algunas personas puede significar mucho, y es el de la maternidad. Las ansias y deseos de Matilde por ser madre la llevan a volcar todo su amor en los más desprotegidos del Congo, y fue muy acertada la decisión de la autora.

Aunque siguen sin gustarme mucho algunos aspectos de la personalidad de Matilde, la buena y generosa médica pediatra, que al parecer se potenciaron en un ambiente plagado de solidaridad y voluntariado.

Las novelas románticas me gustan porque, en general, tratan de mujeres que en ciertas instancias, se parecerían a nosotras, con sueños, fracasos, errores, tristezas, pero que al final sólo buscan la felicidad. Confieso nuevamente, como en la reseña de París, que Matilde me recuerda mucho a mí, las dos sufrimos la soledad, la desesperación y la angustia.

Lo último, que también me pareció acertado fue cómo se va metiendo dentro del conflicto entre Palestina e Israel. Desde las últimas páginas, la novela ya deja latiendo el conflicto que se vendrá en la tercera entrega, Gaza.

Bueno, espero que les haya gustado la reseña, y como habrán visto, le cambié la cara al blog. Creo que ya era hora de un cambio, espero que les guste y continúen visitándolo.